Автор: Пользователь скрыл имя, 13 Февраля 2013 в 19:15, курсовая работа
El sujeto de la investigación: el estilo y el lenguaje periodístico.
Las tareas de la investigación: aclarar los rasgos y peculiaridades del estilo y del lenguaje periodístico. Analizar la función de los géneros periodísticos, de los titulares, de los neologismos periodísticos y sus características.
Los métodos de la investigación: análisis de los manuales de la prensa, textos periodísticos, generalizar los resultados de la investigación.
INTRODUCCIÓN 3
Capítul I. Estilo periodístico y el lenguaje periodístico 5
1.1 Estilo periodístico 5
1.2 Rasgos principales del lenguaje periodístico. 7
Capítulo II. Los géneros periodísticos y el titular 14
2.1 Los géneros periodísticos. Tipología y funciones 14
2.2 Estructura de la noticia 16
2.3 La característica del titular. Sus peculiaridades 18
Capítulo III. Los neologismos periodísticos 20
CONCLUSIONES 24
RESUMEN 26
BIBLIOGRAFÍA 27
* Exceso en el empleo de extranjerismos y calcos.
* Uso del infinitivo fático («…solo comentar que…»).
* Empleo del condicional de rumor.
* Abundancia de locuciones prepositivas («en base a», «a nivel de»).
* Exceso de construcciones pasivas.
En general, podemos decir que los géneros periodísticos guardan una estrecha relación con el objetivo final del comunicador. Estos objetivos pueden ser tanto informar, como interpretar (opinar) o, simplemente, entretener.
El titular es la primera toma de contacto del lector con la noticia. Debe ser atractivo para que el lector siga leyendo, por ello, sus funciones serán las de informar y atraer al lector. El titular resume el tema de la noticia pero no debe agotar la información.
“Géneros periodísticos son, en efecto, las diferentes modalidades de creación lingüística destinadas a ser canalizadas a través de cualquier medio de difusión colectiva y con el ánimo de atender a los grandes objetivos de la información de actualidad: el relato de acontecimientos y el juicio valorativo que provocan tales acontecimientos”
En general podemos decir que los géneros periodísticos llevan una relación muy trabada con el objetivo final del periodista. Según el grado de subjetividad y opinión de los textos escritos distinguimos tres grupos de géneros:
Junto con esta división consideramos conveniente mencionar en breve el subjuntivo, fenómeno gramatical al que vamos a dedicarnos más adelante. El subjuntivo sirve a los hablantes para describir acciones inciertas, expresar opiniones subjetivas, pensamientos, dudas, etc. De la división de los géneros periodísticos podemos deducir que el subjuntivo va a aparecer con más frecuencia en los géneros mixtos y en los géneros de opinión.
Hoy en día existe una gran diferencia en la aceptación de la noticia en comparación con los tiempos pasados. Por aquel entonces, los lectores conocían los eventos más importantes solamente de los periódicos, porque no existían otros medios de comunicación. Al contrario, con el progreso de la técnica, hoy en día nos sirven de orientación en el mundo innumerables canales de televisión, de radio, ordenadores y portátiles conectados a Internet, móviles, teletexto, etc. El lector, antes de comprar el periódico, ya está informado más o menos sobre la noticia que va a leer. Por lo tanto el periodista debería ofrecer al lector algo extra, escribiendo por ejemplo un reportaje donde relata los acontecimientos con sentido literario y con más extensión [9,187].
A continuación vamos a clasificar los diferentes tipos de géneros periodísticos en relación con los distintos niveles de actitud personal del periodista.
En cada periódico nos encontramos con cierta cantidad de informaciones. Estas informaciones las podemos definir como textos periodísticos que contienen datos y acontecimientos interesantes para el público. Incluyen hechos concretos sin la valoración personal del periodista. La información periodística nunca se narra en la primera persona del singular o plural.
La noticia es “la esencia del periodismo, la materia prima. Es todo aquel hecho novedoso que resulta de interés para los lectores a quienes se dirige el diario.” Dicho de otra forma, la noticia nace de un hecho verdadero, actual o inédito, de importancia general llegando al público muy amplio. La noticia forma la parte esencial de toda la prensa. Hay varios tipos de la noticia. Puede ser breve, pero también puede constar de dos partes: de la entradilla y del cuerpo de la misma. La entradilla, tras el titular, es lo más importante de toda la información [8,260]. Existen varios tipos de la entradilla: entradilla literaria, entradilla de frases muy cortas, entradilla de agenda, entradilla institucional. Uno de los errores es creer que la entradilla es un resumen de la noticia siendo en realidad sólo una breve introducción a la noticia que más adelante se encuentra ampliada. En la primera parte se halla información básica que contesta a los interrogantes famosos quién, qué, cuándo, dónde y por qué . A este conjunto podemos añadir también el cómo. Surge la pregunta de si un lead o entradilla debería incluir la respuesta a estos interrogantes. La verdad es que en el cuerpo se explican los detalles que amplían los datos de la entrada, los antecedentes o los detalles secundarios o de menos importancia. Es la llamada pirámide invertida del periodismo.” Tuvo su razón de ser cuando los periódicos se componían en plomo y el cálculo de líneas nunca resultaba exacto. El informador escribía a máquina y luego el linotipista convertía su texto en una sólida aleación que resistiría de madrugada los envites de la rotativa. El chorizo de líneas de plomo-apretujadas una detrás de otra como fichas de dominó en equilibrio horizontal- llegaría a la platina por la noche para acomodarse en ella a codazos con otras informacines. En la pelea, alguna noticia salía perdiendo -a veces perdían todas un poco-, y el redactor de cierre las cortaba siempre por final; el tipógrafo tiraba a un cesto las fichas de dominó sobrantes y el periodista rehacía con el linotipista, como mucho, la última frase”. Po eso en los párrafos iban primero las informaciones más importantes y las últimas eran secundarias y se podían omitir. Actualmente, estos problemas los han solucionado los ordenadores. En el pasado se redactaba primero la noticia y luego se buscaba el sitio para ella. Hoy en día se hace al revés, es decir, se encuentra primero el sitio y después se redacta la noticia. Y si hace falta cortarla después, se puede abreviar omitiendo una expresión o una frase de un párrafo. Sin embargo, esta técnica de la pirámide invertida siempre ayuda a los periodistas a escribir bien las noticias, porque induce a la colocación de la información de mucho interés al comienzo del texto. Muchos opinan que el sistema de la pirámide invertida servía como mordaza en el sentido de que los periodistas no podían expresar su opinión individual en las noticias publicadas. De todos modos, la ruptura con la pirámide no significa que los periodistas puedan combinar ya sus opiniones con la información. Siempre hay que cumplir las normas y criterios de los textos periodísticos.
En las noticias más complejas puede insertarse una cita de palabras pronunciadas o escritas por los protagonistas de la noticia o una información que la contextualiza o amplía y que a veces suele ubicarse en un recuadro denominado «despecie» o «apoyo». Una noticia amplia, de gran importancia permanece en un periódico intacta desde su editación, a diferencia de cómo ocurre en la radio, en la televisión, en Internet, etc. Por lo tanto, el hecho de que la noticia esté editada no implica que el periodista no deba seguir investigando sobre ella [8,123]. Durante la escritura del texto periodístico el autor no debería suponer que el lector ya conoce la noticia, aunque se haya informado antes. La redacción de la noticia exige el uso de las frases cortas, pero no tiene que caer en la brevedad.
En toda noticia es necesario indicar de quién proviene la información, para lo cual se utiliza la preposición «según». A este respecto podemos diferenciar tres casos.
1) El periodista no especifica la fuente de lo que podemos deducir que estuvo presente en el acontecimiento.
2) El periodista dispone de la información porque se la han contado, y tiene que especificar la fuente.
3) En el último caso es el periodista el que encuentra la información por vía documental, y también aquí deberá especificar la fuente, habitualmente con un «según fuentes...». En los periódicos de rigor no está permitido que sus redactores no indiquen la fuente en el caso de que se trate de opiniones.
También podemos encontrarnos en el texto periodístico con el pronombre interrogativo «cuánto». Se emplea para indicar la cantidad dentro de una noticia por ej. económica, deportiva, de sucesos, etc.
Según Martín Vivaldi, “titular bien un trabajo periodístico es una tarea artesana que puede llegar a ser artística. Lo que significa que se puede aprender a titular, como se aprende a dibujar o a trazar el plano de un edificio.” La titulación no suele ser muy compleja, aunque en algunos casos puede constar de un antetítulo o de un subtítulo.
El título periodístico se suele sacar de la entradilla y debería responder a los seis interrogantes famosos: qué ha pasado, cuándo, a quién, dónde, por qué y cómo. En el título se suele responder a la pregunta “qué ha pasado” y debe incluir lo más importante de la noticia. Es aconsejable escribir primero el titular. Así podremos comenzar la noticia teniendo claro qué consideramos más importante y qué datos deben aparecer en el primer párrafo. El titular es la verdadera noticia por la cual empezamos cuando contamos algo. Después de haber escrito el titular, el esfuerzo debe centrarse en justificarlo [12, 90]. Es importante destacar que cuanto más breve es un titular más transcendencia tiene. Una noticia que tenga un titular complejo será poca noticia. Los títulos deberían estar escritos con palabras claras, verbos expresivos y dinámicos casi siempre en el tiempo presente. Los autores deben centrarse en la puntuación correcta para que no cambie el sentido de la oración.
Los elementos de titulación son los siguientes:
1) cintillo
2) antetítulo
3) título
4) subtítulo
5) destacados
6) ladillo
7) pie de foto (algunas veces puede ser considerado elemento titular o no, depende si es foto-noticia: en tal caso es un elemento de titulación).
8) entradilla o lead: no se considera un elemento. Muchos medios lo suelen hacer en negrita como los titulares pero no lo son.
Los titulares se caracterizan por ser claros, breves y atractivos. Cada elemento es sólo una frase, no puede llevar punto y seguido ni los signos de interrogación o admiración. Tampoco tiene que haber relación sintáctica entre ellos para que, si por la edición hay que eliminar un elemento, la pieza no pierda coherencia [12,180]. Distinguimos dos niveles de lectura: el primer nivel contiene título, antetítulo, subtítulo, destacados y entradillo y sirve para ver si una información nos interesa o no. El segundo nivel es el texto en sí. Este texto puede incluir:
1) Cabecera: es la sección, como por ejemplo Política o Sociedad.
2) Cintillo: es el tema de la página y va debajo de la cabecera. Se utiliza para recoger diferentes informaciones en una misma página que tratan un mismo tema. Las informaciones pueden estar escritas por distintas personas. A veces se pone el cintillo para dar más importancia a la noticia. Normalmente abre una sección concreta. Suelen ser tres o cuatro palabras en mayúscula. Su función es agrupar todas las noticias de la misma página.
3) Antetítulo: es una frase o palabra que va antes del título de la noticia. Su función es complementar al titular y enmarcar la noticia. Puede consistir a veces en epígrafe (Baloncesto, Salud, Educación, etc.). Su función es clasificar la noticia y consta solamente de una o dos palabras.
4) Subtítulo: su tarea es explicar un poco más la noticia. Tiene que conectar con la idea del título para dar un dato más y explicarlo. Su otra función es complementar al titular.
5) Título: Nunca puede tener más de trece palabras. Si es interpretativo no puede tener más de seis palabras. Tiene que incluir lo más importante de la noticia.
Los neologismos dan vida a las lenguas vivas. Y vienen de la cultura dominante. En el siglo antepasado Francia era Francia y de París a la América Hispana se escurrieron muchos neologismos que forman parte de la lengua castellana. El siglo XX y con seguridad el XXI han sido tiempos de innumerables préstamos del inglés y sobre todo del inglés usamericano. El poder irradia su influjo en el lenguaje de la política, ciencias, comunicaciones, recreación y el inmenso mundo del mercado.
No es para alarmarse. El castellano no morirá. Pero el fenómeno sí da para pensar. Nuestra lengua puede perder el sabor propio o al menos volverse desabrida y quedarse sin "color". La comunicación podría también volverse menos precisa y clara. Los periodistas deben estar atentos para no incurrir en una gringoparla innecesaria como en la parodia de Liz y Jenny que abre esta columna No hay reglas en esta materia tan fluida. Hay que acogerse a la sombra del sentido común.
El sentido común nos dice que un neologismo es necesario cuando no existe en castellano. Entonces, el sentido común aconseja adaptarlo al sonido de nuestra lengua. Y por último someterlo a la prueba de si ayuda a la claridad de la comunicación.
En los préstamos léxicos (de palabras) habrá que ver ante todo si no existen en castellano términos más apropiados. El uso del diccionario se vuelve imperativo. Decía el académico español Emilio Alarcos: "El estado del neologismo es provisional ¿Quién distingue hoy los que fueron en su día neologismos respecto de las palabras hereditarias, si no son los especialistas? Tenemos recogidas en el diccionario palabras tan recientes como whisky porque esa bebida, whisky, no es igual a las demás, y sin embargo todavía ausente hall, palabra también de uso muy frecuente , aunque verdaderamente innecesaria puesto que lo que hall designa ya es designado desde mucho antes por otras palabras que sí están en el diccionario, como vestíbulo y zaguán. Creo, pues, que un vocablo se despoja de su carácter neológico cuando pasa inadvertido entre todos los demás tradicionales". Este criterio de Alarcos es amplio y da primacía al uso siempre que el castellano no ofrezca la palabra precisa.
Uso y sonido. El neologismo necesario debe ser adaptado al grave sonido castellano. Tiene que sonar grave, seguir las normas de las sílabas y acogerse a nuestra ortografía. Cuando un pasajero pide a un taxista que lo lleven al World Trade Center, los taxistas sevillanos responden; -"Sí, señó, a Huerto Vicente". No está mal. Sin llegar a este grado de gracejo natural, bien se puede castellanizar el neologismo como lo ha hecho la Academia al señalar que el plural de club es clubes o como lo dicta el buen sentido al escribir record como récor y su plural con el esdrújulo récores.
Habrá que ver si el producto obtenido funciona para dar más claridad y precisión a los pensamientos, afectos y mensajes que se comunican.
Pero más que seguir cavilando en algo tan fluido como una lengua viva, valga más bien el consejo de dar con libros apropiados que nos puedan iluminar, sacar de apuros y ayudarnos a castellanizar los préstamos de otras lenguas. Colombia suele ser un modelo en esto: en vez del usaíta pancake dicen simplemente ponqué. Hay que leer "El Tiempo" de Bogotá. La agencia española EFE suele lanzar regularmente al mercado libros breves sobre el uso de la lengua como "Manual de español urgente", "El neologismo necesario", "El idioma español en las agencias de prensa" "El lenguaje deportivo". Los efesios cuentan con un Departamento de Español Urgente cuya tarea a cargo de especialistas en lengua y periodismo consiste en acumular datos errores, neologismos, barbarismos y otras muestras de esta laya, para sentar doctrina que tienda a que los corresponsales de la Agencia uniformen el lenguaje dentro de la natural libertad de creación e información ajustándose a las normas de la sintaxis castellana, del sabor del idioma, de la fonética española, del genio de la lengua.
En el libro sobre neologismos podrá el periodista leer con fruto la transcripción de la mesa redonda sobre "Neologismos en los lenguajes técnicos". Hallará, allí, listas de neologismos en sentido estricto, la palabra correspondiente de la lengua original y podrá ver esto de españolizar el neologismo, por ejemplo acuracidad (accuracy), agroindustria (agrobussiness), externalidades (externalities) y así sucesivamente. Hallará una explicación de los préstamos de otras lenguas a la economía: estanflación, desinversión, etc. Y una lista de préstamos corrientes desde ad valorem hasta yuppy y tycoon (taicún, magnate).
Tal vez todo se reduzca a usar frases redondas y claras, bien construidas, con léxico apropiado. Si en ellas cae algún neologismo necesario, métamoslo en la horma del zapato de nuestra lengua en cuanto a sonido y habremos salido bien del paso.
Con esto de léxico apropiado nos referimos a usar nombres, adjetivos y verbos en su sentido preciso. Vaya de muestra este excelente ejercicio tomado de uno de los textos de lenguaje de Fernando Lázaro. Tan tonto como usar bakery en vez de panadería es emplear en todo verbos muletillas como realizar, hacer, estar. Vaya el ejemplo, con la venia de Lázaro y con su perdón por robarle sus royalties que no son sus realezas sino sus derechos de propiedad intelectual.
"En las siguientes oraciones sustituir el verbo tener por otro verbo, de modo que no se repita ninguno:
· Esta habitación tiene catorce metros cuadrados.
· La urbanización tiene todos los servicios imprescindibles.
· Esta doctrina tiene cada día más adeptos.
· Mentir no suele tener buenos resultados.
· Empiezo a tener hambre.
· Los dos hermanos tienen las mismas ideas.
· Este señor tiene un título que no le corresponde.
· Carlota tiene un puesto importante en la empresa.
· Esta ley tiene doce artículos.
· El jazmín tiene un perfume delicioso.
· El balcón del ayuntamiento tiene hoy un bello tapiz.
· Los rebeldes tuvieron ayer una derrota.
· Los rebeldes tuvieron ayer una victoria.
· Tiene un buen salario.
· Ayer tuvimos un peligro grande.
· Celebraré que todos tengan buena salud.
· Este aparato tiene muchos defectos.
· Este negocio tiene un mal momento.
· Los viejos del asilo tienen una vida bien triste.
· El Duero tiene muchos afluentes.
· Bañarse en los ríos tiene muchos riesgos.
· No quiero tener la responsabilidad de esa decisión.
· Esta nueva propuesta tiene muchas ventajas.
· Cuando madure, ese fruto puede tener el tamaño de una manzana".
En este trabajo nos hemos centrado en el estudio del lenguaje en el estilo periodístico. Hemos dividido este trabajo en tres partes principales. En el primer capítulo hemos presentado el estilo periodístico y su lenguaje. Primero hemos estudiado el estilo en general y luego hemos presentado su lenguaje y sus rasgos principales. El estilo lo hemos dividido en varios tipos. A continuación hemos examinado si tiene alguna relación con el estilo periodístico. El estilo está relacionado tanto con la lengua hablada como con la lengua escrita. Hemos averiguado que el estilo formal está unido con la lengua escrita, que se caracteriza por ser más serio, gramaticalmente correcto, sin expresiones vulgares e inadecuadas. De esta definición hemos deducido que el estilo periodístico se caracteriza por su carácter impersonal y formal. Como hemos dicho más arriba, el estilo periodístico se considera como uno de los más jóvenes de todos los estilos y está influido por las condiciones políticas, sociales y por el progreso técnico. Con esto queremos decir que el estilo periodístico no siempre es igual y que cambia y evoluciona con el tiempo. En la parte dedicada al estilo periodístico también hemos estudiado los rasgos principales del lenguaje periodístico y hemos dicho que los periodistas deben escribir sus textos con claridad, naturalidad, concisión y deben llamar la atención del lector. Hay periodistas que son capaces de escribir un artículo interesante, pero no conocen las normas de la lengua. Opinamos que este problema es el resultado de nuestra época de mucha prisa, ya que no hay mucho tiempo para controlar los textos y evitar los errores. La primera parte teórica la hemos acabado estudiando con atención los rasgos principales del lenguaje periodístico.